La Iglesia en la Edad Antigua
La Edad Antigua en la Iglesia empezó con el nacimiento de Cristo, que según los años de la fundación de Roma había nacido en el 753, que se convirtió en el año 1 de la era cristiana. Sin embargo,hay historiadores que piensan que hay un error de cálculo de unos 3-6 años,pero lo han asumido para no provocar un baile de fechas. Sigue con la Pasión,Muerte y Resurrección de Jesucristo comienza con la Oración en el Huerto de los Olivos,aunque es necesario hablar antes de la Última Cena. En todo este relato se advierte que Jesús era plenamente consciente de los que estaba sucediendo.
EL NACIMIENTO DE CRISTO
Jesús vivió en Palestina, un pequeño país situado en la parte más oriental del mar Mediterráneo, con una extensión de 25.000 km. Limitaba al norte con los montes del Líbano que la separaban de Fenicia y Siria; al sur, con el desierto de Negueb; al este, con el gran desierto de Arabia, y al oeste, con el mar Mediterráneo.
Se calcula que Palestina tendría unos 700.000 habitantes en tiempos de Jesús. Su capital, Jerusalén, podría contar con unos 30.000 habitantes.
El río Jordán divide a Palestina en dos grandes regiones:
·Cisjordania: formada por Galilea, Samaría, Judea e Iturea.
·Transjordania: constituida por la Decápolis y Perea.
Jesús vivió en Palestina, un pequeño país situado en la parte más oriental del mar Mediterráneo, con una extensión de 25.000 km. Limitaba al norte con los montes del Líbano que la separaban de Fenicia y Siria; al sur, con el desierto de Negueb; al este, con el gran desierto de Arabia, y al oeste, con el mar Mediterráneo.
Se calcula que Palestina tendría unos 700.000 habitantes en tiempos de Jesús. Su capital, Jerusalén, podría contar con unos 30.000 habitantes.
El río Jordán divide a Palestina en dos grandes regiones:
·Cisjordania: formada por Galilea, Samaría, Judea e Iturea.
·Transjordania: constituida por la Decápolis y Perea.
PASIÓN,MUERTE Y RESURRECCIÓN
Huerto de los Olivos:
Después de la Cena salieron hacia el Huerto de los Olivos. Allí Jesús oró a Dios Padre,llegando a identificarse con su voluntad.
Llegó al huerto Judas acompañado de los guardias designados enviados por los príncipes de los sacerdotes y ancianos del pueblo, para detenerle. Iban armados con espadas y palos y se alumbraban con antorchas. El traidor les había dado por seña: -Aquel a quien yo bese, ése es: prendedlo.-Y al momento se acercó a Jesús y dijo: -Salve, Rabí; y le besó-. Entonces se acercaron a Jesús y le detuvieron. Los apóstoles huyeron.
Juicio a Jesús:
El Sumo Sacerdote y los príncipes de los sacerdotes ya habían decidido su muerte pero hicieron una farsa de juicio para dar apariencia de legalidad al proceso contra Jesús. Para tal fin presentaron testigos falsos y poder acusarle, pero no conseguían una prueba cierta. Al final le preguntó el Sumo Sacerdote si era el Hijo de Dios, y ante esa pregunta Jesús respondió:-Tú lo has dicho-. El Sumo Sacerdote y los allí reunidos juzgaron esas palabras como blasfemas y decidieron darle muerte.
Al amanecer, el Sumo Sacerdote y los ancianos del pueblo hicieron un plan conducir a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. Acudían al gobernador para poder dar muerte a Jesús. El gobernador lo interrogó e inmediatamente se dio cuenta que Jesús era inocente y que se lo habían entregado por envidia.
Los Sumos Sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran la puesta en libertad de Barrabás, un preso famoso, y la muerte de Jesús.
“Pilato les dijo: ¿Y qué haré con Jesús, el llamado Cristo? Todos contestaron: ¡Sea crucificado! Les preguntó: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban más fuerte: ¡Sea crucificado! Al ver Pilato que no adelantaba nada, sino que el tumulto iba a más, tomó agua y se lavó las manos ante el pueblo diciendo: Soy inocente de esta sangre; vosotros veréis. Y todo el pueblo gritó: ¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos! Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle hecho azotar, se lo entregó para que fuera crucificado”
Huerto de los Olivos:
Después de la Cena salieron hacia el Huerto de los Olivos. Allí Jesús oró a Dios Padre,llegando a identificarse con su voluntad.
Llegó al huerto Judas acompañado de los guardias designados enviados por los príncipes de los sacerdotes y ancianos del pueblo, para detenerle. Iban armados con espadas y palos y se alumbraban con antorchas. El traidor les había dado por seña: -Aquel a quien yo bese, ése es: prendedlo.-Y al momento se acercó a Jesús y dijo: -Salve, Rabí; y le besó-. Entonces se acercaron a Jesús y le detuvieron. Los apóstoles huyeron.
Juicio a Jesús:
El Sumo Sacerdote y los príncipes de los sacerdotes ya habían decidido su muerte pero hicieron una farsa de juicio para dar apariencia de legalidad al proceso contra Jesús. Para tal fin presentaron testigos falsos y poder acusarle, pero no conseguían una prueba cierta. Al final le preguntó el Sumo Sacerdote si era el Hijo de Dios, y ante esa pregunta Jesús respondió:-Tú lo has dicho-. El Sumo Sacerdote y los allí reunidos juzgaron esas palabras como blasfemas y decidieron darle muerte.
Al amanecer, el Sumo Sacerdote y los ancianos del pueblo hicieron un plan conducir a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. Acudían al gobernador para poder dar muerte a Jesús. El gobernador lo interrogó e inmediatamente se dio cuenta que Jesús era inocente y que se lo habían entregado por envidia.
Los Sumos Sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran la puesta en libertad de Barrabás, un preso famoso, y la muerte de Jesús.
“Pilato les dijo: ¿Y qué haré con Jesús, el llamado Cristo? Todos contestaron: ¡Sea crucificado! Les preguntó: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban más fuerte: ¡Sea crucificado! Al ver Pilato que no adelantaba nada, sino que el tumulto iba a más, tomó agua y se lavó las manos ante el pueblo diciendo: Soy inocente de esta sangre; vosotros veréis. Y todo el pueblo gritó: ¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos! Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle hecho azotar, se lo entregó para que fuera crucificado”
Jesús flagelado, muerto y sepultado:
Pero antes de la crucifixión, Jesús sufrió el terrible castigo de la flagelación. Consistía este tormento en que el reo era atado a un poste inclinado hacia delante, desnudo y flagelado en la espalda, los muslos y los brazos. Sin limitación del numero de golpes, pero hasta que el reo estuviese al limite de resistencia física para que no muriera. El látigo,era de varias tiras con pedazos de huesos, metal y en ocasiones con garfios.Jesús portó una corona de espinas unida por unas ramas flexibles, que le permitía un sangrado abundante, y en la mano derecha una caña. La muerte en la cruz era un castigo reservado a delincuentes y con el motivo de dar un gran escarmiento, ya que se trata de una de las muertes más dolorosas que existen. Llegados al lugar del suplicio, se colocaba al reo sobre la cruz y se le clavaban manos y pies al madero.A continuación se levantaba la cruz. La tortura consistía en una muerte lenta. La postura del crucificado dificultaba la respiración y morían por asfixia. Para evitar esta asfixia se tenían que levantar sobre los clavos del pie y poder respirar escasamente. |
La Resurrección:
Los judíos, para respetar el día del sábado, no solían realizar ningún género de trabajo ese día, por lo que el viernes, día en que murió Jesús, fue sepultado a toda prisa, sin poder tener con Él los cuidados que se daban a los cadáveres (lavado del cuerpo…). Por este motivo, al amanecer del domingo, se acercaron al sepulcro unas mujeres y vieron que Jesús había resucitado. La Resurrección de Jesucristo es el dogma central del Cristianismo y constituye la prueba decisiva de la verdad de su doctrina.La realidad de la Resurrección se les impuso a los cristianos con el argumento irrebatible de la evidencia: «pero Cristo ha resucitado y ha venido a ser como las primicias de los difuntos».Desde entonces los Apóstoles se presentarían a sí mismos como «testigos» de Jesucristo resucitado,lo anunciarían por el mundo entero y resellarían su testimonio con la propia sangre. |
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Pentecostés:
Pero Jesucristo no sólo fundó una religión,sino también una Iglesia -el nuevo Pueblo de Dios- fue constituida bajo la forma de una comunidad visible de salvación, a la que se incorporan los hombres por el bautismo. La Iglesia está cimentada sobre el Apóstol Pedro, a quien Cristo prometió el Primado y confirió después de la Resurrección.
En los días siguientes a la Ascensión, una pequeña comunidad de discípulos se reunía asiduamente junto a la Madre de Jesús y las mujeres, junto a los Apóstoles y los parientes del Señor.Este grupo de discípulos reunido en Jerusalén constituía el núcleo de la primera Iglesia, aunque existían otros hermanos que habían seguido al Señor, y que seguramente vivirían dispersos por Galilea.La primera manifestación pública de la Iglesia tuvo lugar el día de Pentecostés. Ese día, la Iglesia naciente, recibió el Espíritu Santo y fortalecida por el Paráclito que Jesús había prometido a sus discípulos, experimentó un notable incremento. Cerca de tres mil almas se convirtieron y un discurso de Pedro en el Templo elevó hasta unos cinco mil el número de los creyentes.
Pero Jesucristo no sólo fundó una religión,sino también una Iglesia -el nuevo Pueblo de Dios- fue constituida bajo la forma de una comunidad visible de salvación, a la que se incorporan los hombres por el bautismo. La Iglesia está cimentada sobre el Apóstol Pedro, a quien Cristo prometió el Primado y confirió después de la Resurrección.
En los días siguientes a la Ascensión, una pequeña comunidad de discípulos se reunía asiduamente junto a la Madre de Jesús y las mujeres, junto a los Apóstoles y los parientes del Señor.Este grupo de discípulos reunido en Jerusalén constituía el núcleo de la primera Iglesia, aunque existían otros hermanos que habían seguido al Señor, y que seguramente vivirían dispersos por Galilea.La primera manifestación pública de la Iglesia tuvo lugar el día de Pentecostés. Ese día, la Iglesia naciente, recibió el Espíritu Santo y fortalecida por el Paráclito que Jesús había prometido a sus discípulos, experimentó un notable incremento. Cerca de tres mil almas se convirtieron y un discurso de Pedro en el Templo elevó hasta unos cinco mil el número de los creyentes.
SAN JUAN DESPUES DE PENTECOSTES.
Desde los indicados días de Pentecostés hasta iniciados los últimos treinta años del siglo apostólico, un silencio casi absoluto rodea a San Juan, por parte de la Tradición y por parte de la Escritura. Sabemos que predicó en Samaria, que asistió al Concilio de Jerusalén el año 50, que vivió al lado de María.Cuando habían desaparecido todos los "testigos de la palabra", los oyentes de Jesús, quedaba allí Juan, que había visto al Maestro con sus ojos, y le había tocado con sus manos, y había recogido las últimas palabras de su vida mortal.